Sunday, December 17, 2006

La vuelta a la rutina

El día 4 de diciembre volví a la rutina del trabajo después del curso en el Reino Unido. Fue una vuelta a la rutina del trabajo, pero no fue una vuelta a lo anterior. Ya no he sido el mismo.

No sé si es una ventaja o un inconveniente, pero creo que soy demasiado transparente. Se me notó la mala leche desde el primer día, se acabó el buen rollito, y lo pero es que las primeras víctimas han sido mis compañeros, que no tienen culpa de nada.

No me siento igual, sino que me siento traicionado, y esa sensación es tan mala que crea una insaciable sed de venganza. Lo peor es que creo que el Pharaoh actuó así porque lo hacía a mis espaldas: creía que no me iba a enterar. Eso es lo que más me jode. Lo que creo que no sabe (aunque ahora lo debe sospechar) es que me enteré al día siguiente de su felonía (jo, con lo que me gusta esa palabra... a partir de ahora será el Pharaoh Felón).

Estos días me han preguntado qué me pasaba y yo les decía que "nada" o bien que "algo pero ya te lo contaré más adelante". Ya no me he quedado ni una sola tarde en la oficina y estoy haciendo el trabajo justito, justito. Lo siento mucho, pero se acabaron los sacrificios por el Pharaoh Felón. Incluso hay un tema que me ha llegado de rebote por culpa del Pharaoh Felón y ya he avisado al que me lo dejó en la mesa: "va a esperar hasta el 2007". Este tema es puramente administrativo, así que no se perjudica a nadie, más que a las estadísticas de la oficina.

Encima estos días se supone que hay que estar de buen rollito porque llega la Navidad, pero no me apetece un pelo estar de buen rollito. Se acabaron las cervezas después del trabajo, las risas y las bromas en la oficina.

El jueves mi compañero Cu. me dijo que él suponía lo que me ocurría, y me contó la historia. Por lo visto hay otra persona que también lo sabe... así que me desahogué un poco con él y le dije lo que sentía hacia el Pharaoh Felón. Me dijo que lo entendía perfectamente, y que hubiera entendido que yo no hubiera ido a la comida de la oficina, pero me lo pidieron las chicas del patio... y no pude negarme.

Al menos, Cu. me ayudó a evitarla presencia del Pharaoh Felón: quiero relacionarme con él lo menos posible. En la comida me senté en el rincón de los fumadores, aunque yo no lo soy. Y después estuve en el rato de la "copa" y tuve una lucha encarnizada para sentarme de nuevo lejos de él. Ni siquiera me despedí. Que a partir de ahora le aguante el nuevo sus conversaciones sobre su glorioso pasado y el adoctrinamiento. Se ve que vuelve a lo que le gusta: Formación del Espíritu Nacional.

Bueno, esto ha tenido sus cosas buenas. Me he propuesto un cambio de imagen. No algo radical, sino algo constante. Tanto el Pharaoh Felón como su anciano sicario se las dan de progres cuando en realidad son unos fascistas de tomo y lomo, lo que les pasa es que les molesta que les vean como fascistas, aunque actúen como tales. se creen que por tener carnet del soe ya son progres y tienen bula para hacer todas las felonías que crean oportunas. estoy conevncido que si me salgo del vestuario que normalmente lleva un "ingeniero" me terminarán por decir algo, pero me la suda. Al menos van a tener que aguantarme como me salga del nabo y no como sus dormidas conciencias me dicten.

Bueno, tampoco ha sido mucho, me he comprado un vaquero normalito (Adolfo Domínguez), sin extravagancias. También me compré una camiseta negra con un dibujito de Energie. Pero lo que son las cosas, en cuatro días de ir algo más "modernito" ya me han empezado a decir cosas: por una parte, uno de los esclavos del Pharaoh Felón me dijo que no me reconocía el día que me puse mi tradicional vestuario ingenieril; por otra parte, ya me dijeron cosas sobre la camiseta nueva (muy ajustadita a las lorzas) en la comida de Navidad del trabajo.

Jajajaja, aun recuerdo la cara que puso un ingeniero que vino a visitarme el primer día que me vio. me miró de arriba abajo sin dar crédito a lo que veáin sus ojos. JAJA.

Me pregunto cómo se tomarían estos fascistas tener un esclavo gay entre sus huestes. Seguro que ponían su grito fascista en el cielo. Pero no, no pienso hacer una salida del armario para esos felones. No se lo merecen.

Otra de las ventajas es que me compré el libro de Federico Jiménez Losantos. Está de pm. Es un libro fantástico, sobre todo para los que hemos seguido la trayectoria de ciertas personas en Antena 3 Radio, Televisión y en la COPE. Absolutamente recomendable. Lo mejor de todo es que no queda bien casi nadie: Presidentes de Gobierno, Reyes, políticos, etc. Ni siquiera queda del todo bien su protagonista y AUTOR del libro.

Bueno, en esta semana me vuelvo a los madriles, y no tengo que aguantar al Pharaoh Felón y su anciano sicario.

1 Comments:

Blogger Jon said...

Gay y seguidor de Jimenez lossantos... en el fondo te admiro. Mientras no me defiendas a "La vaca-burra"... ;-) Saludos desde Vitoria.

2:26 AM  

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