Thursday, October 05, 2006

La boda y la semana de trabajo.

La verdad es que a mi compañero Eiro no le conozco profundamente. En la Universidad le conocí muy superficialmente. Era imposible no notar su presencia, simpático y... oriental. Era el único.

Hace una temporada le han buscado una novia, una novia oriental, como él. Se la ha buscado su familia. La chica ha venido de Canadá y le ha pasado más o menos lo mismo que a él. Bueno, no sé cómo saldrán estas cosas, espero que le salga muy bien, porque eso de compartir la vida con alguien a quien no has elegido... ufffff.

La boda fue algo fría, no sé exactamente el porqué. Quizá todo el mundo estaba extrañado con este tipo de boda, quizá porque había mucha gente del trabajo de Eiro. No sé, en cualquier caso mi amiga A. y yo llegamos a la misma conclusión, era una boda rarita. Me invitó quizá porque me tiene cariño o quizá porque soy de los pocos compañeros que estaban aquí en su boda, y encima soy amigo de sus amigos.

Al día siguiente fuimos a la playa. Cómo me gusta ir al sur, la playa de Maspalomas es maravillosa. Me gustaba muchísimo cuando iba de pequeño, con ese faro que es el colmo de la elegancia y su playa de arena fina. (por cierto, Drichal, digas lo que digas es mía).

Me dio pena que se marchasen A. y Ju., pero ellos deben seguir su vida y volver con su niña. Por cierto, hoy es el cumpleaños de A. ¡MUCHAS FELICIDADES! Me hubiera gustado enseñarles el barrio de Vegueta, que me encanta, o alguno de los pequeños pueblos de la isla. Hay algunos que tienen un gran encanto.

Echo mucho de menos a M.

Esta es una semana de mucho trabajo. Pero me lo estoy tomando con más filosofía que antes del verano. No puedo hacer imposibles, y no los pienso hacer. Ha habido algunos expedientes que me podían haber quitado de encima, pero me los han dejado en la mesa, y la gente esperando. Pero bueno, tendré que ponerme las pilas para hacerlo lo mejor posible.

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