Vuelta

Bueno, pues ya estoy de vuelta en LP.

El vienes estuve durmiendo con M. en su casa de Rivas. Fue alucinante, es una casa preciosa y la cama es supercómoda, pero lo mejor fue despertarme junto a él. Eso de poder abrazarle, abarcarle al despertar, cuando uno está más dormido que despierto y recuperar las sensaciones abrazado a M. es lo mejor del mundo.

El domingo preparé la maleta y vino M. al aeropuerto. No pudimos evitar llorar. Quise hablar de muchas cosas para distraernos, pero no fue posible. M. se marchó a Rivas porque sus amigos iban a visitar la casa, pero al final solamente fue C. Pero después hubo sorpresa: el vuelo lo cancelaron y me mandaron a un hotel. Así que M. se vino y pasamos la noche juntos. ¡Qué bien!

Al día siguiente me vine a primera hora y me rompieron la maleta, así que el viaje fue redondo. Tengo varias reclamaciones que hacer. Pero estoy meditando bien qué poner. Lo que duele no solo es la cancelación, el trastorno y la rotura de la maleta, sino el desprecio por parte de la compañía. Nos tratan con aboluto desprecio, la compañía y algunos de sus empleados.