¡Al fin!

Me hubiera gustado ir a Estambul. A M. le hacía mucha ilusión y a mi también. Me hubiera gustado ir a esa ciudad, última frontera del mundo europeo desde hace siglos. Me hubiera gustado pasear con él por esos lugares que mezclan todas las tendencias: Este-Oeste. Pero todos los aviones estaban llenos... o mejor dicho, solamente habían dejado sitio en los asientos de primera clase.

Esto de ser gay no garantiza ser rico (pese a lo que muchos creen). ¿Dónde está el famoso poder adquisitivo de los gays?

Al final, después de mucho buscar y de mucho reiniciar el ordenador, hemos encontrado otro viaje. La elección no se hizo al azar. Queríamos ir a Roma, simplemente lo habíamos aplazado. Bueno, ahora simplemente hemos aplazado ir a Estambul. Nada más.

Tengo muchas ganas de ir a Roma con M. y pasear por esas calles que vieron a tantas y tantas gentes de todo el mundo desde la antigüedad. Tengo ganas de besarle en cada esquina y en cada rincón de las piazzas. Tengo ganas de ver la Capilla Sixtina con M., disfrutar de cada pincelada con él y respirar el mismo aire que respiró mientras lo pintaba.

Espero que no eche muchos ojitos a los italianos... tengo que ponerme las pilas. :P

¡Ah! Y ¡¡¡QUE VIVA LA VIRGEN DE LA PALOMA!!!